Cometí un gran error, no debí seguirte el juego.
Soñé con hadas y duendes, soñé con sueños, soñé con la ilusión... pero se quedó en eso. En soñar sin alcanzar, en ansiedad desquiciante, en llanto incesante...
Y se convirtió en engaño.
Siempre lo dije, "tres, son multitud".
Y el león, harto de latigazos, de hambruna, de ferias y de rejas, se zampó al domador ante la atónita mirada del público. Los trapecistas, que observaban expectantes desde lo alto de la carpa, rompieron en gritos y aplausos.
FIN DE LA FUNCIÓN
3 comentarios:
Virginia aplaude como una loca, plas plas plas!!
El leon siempre debio haberse comido al domador. ^^
Ahora mismo encenderé la luz, dejaré atrás esta sensación, borrar este terror ya mismo...(8)
Te quiero =]
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