miércoles, 19 de agosto de 2009

Lo hago desde siempre... A veces soy tan cobarde que sustituyo unas palabras por la huída... porque me duele... porque me asusta... porque no quiero que te marches... Reconozco que estoy enfadada y que a la vez me siento impotente por no poder frenarte. Más que nada porque sé que eso va a hacerte bien. Intentar impredírtelo también sería egoísta. Por otro lado, cuando me siento así... me aparto. Además, después siempre acabas dándome la razón sin que yo te diga nada. Y tampoco te replico. Simplemente me limito a decir "tú ya sabes lo que pienso...". No quiero volver a encender el móvil y ver que me has llamado y no he estado para ti. No quiero volver a oír o leer "esta semana(N)". No quiero acumular tantas cosas que decirte que cuando tengo la ocasión no soy capaz de decir nada... ni media palabra. Quiero que te quedes pero me importa más que seas feliz aunque deba esforzarme más en saber de ti y ahora vaya a valorar más el tiempo contigo y no a hacer el gilipoyas con tonterías... Eres muy importante para mí y te quiero. Es una mierda tener el corazón fraccionado. Mi ausencia intermitente se debe a eso. En parte soy feliz. Y mientras tanto me sobra.